El concepto de la consola de sobremesa Nintendo Wii gira en torno a sus mandos con sensores de movimiento, que permitían controlar los juegos moviendo el mando. El mando principal de Wii, el Wiimote, tenía forma de mando de televisión e incluia un altavoz. En un extremo tenía una cruceta, un botón principal y otro botón en la cara opuesta del mando, además de dos botones de menú y un botón del menú del sistema. Estos eran los botones a los que se podía acceder sujetando el mando con una sola mano. En el otro extremo tenía otros dos botones. A estos se podían acceder si se sujetaba el mando con las dos manos. Además se podía apuntar con el mando a la pantalla para mover un cursor. Para que esta función funcionase correctamente se debía colocar la banda de leds de la consola encima o debajo de la consola para que el mando pudiese detectar hacia donde estaba apuntando. El mando era inalámbrico y usaba tecnología Bluetooth.
El mando poseía un puerto para conectar periféricos. El más usado era el Nunchuck, que tenía un joystick analógico, dos botones adicionales y sensor de movimiento. Los juegos con controles más complejos requerían sujetar el Wiimote con una mano y el Nunchuck con la otra. También se le podía conectar al Wiimote un mando más convencional que era compatible con ciertos juegos concretos.
Las especificaciones técnicas de la Wii no eran mucho más altas que las de la Gamecube, la consola anterior de Nintendo. Tenía un procesador IMB con arquitectura PowerPC a 729 Mhz de frecuencia con el nombre de Broadway y tecnología SOI CMOS de 90nm. Su GPU era una ATI Hollywood a 243 Mhz con tecnología SOI CMOS de 90nm. La consola poseía 24 MB de 1T-SRAM, 3 MB de EDRAM y 64 MB de VRAM con bus GDDR3. La resolución en pantalla era de 480p.
La imagen de la consola es obra de Evan Amos.
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