Kyoko Byakuya ha acabado en un pequeño pueblo cercano al monte Sengoku, un volcán, sin saber como ha llegado hasta allí. Del volcán emanan grandes cantidades de cabellos dorados que han cubierto el pueblo y los habitantes del pueblo creen que son los cabellos del misionero cristiano Miguel, quien fue sometido a persecución religiosa por el shongunato y acabó arrojado al volcán junto con un grupo de personas del pueblo que le dieron asilo. A cada persona del pueblo se le ha adherido un par cabellos dorados en la cabeza que les dan poderes extrasensoriales que les permiten percibir los pensamientos de los demás. Estas gentes esperaban la llegada de Kyoko como si fuera una enviada divina. El Sengoku acaba erupcionando y el pueblo acaba sepultado en lava. Kyoko se salva porque los cabellos dorados la han protegido formando un caparazón alrededor de ella, acabando Kyoko con una melena formada de cabellos dorados que le dan una clarividencia extrema que precipita toda la información del universo hacia su cerebro de forma abrumadora.

El reportero Wataru Tsuchiyato va a investigar una extaña nube negra que había encontrado en redes sociales cuando se topa con Kyoko, que estaba huyendo de un culto que quiere usarla como catalizador para obtener los secretos del universo. Wataru y Kyoko son capturados por el culto y usan a Kyoko para conectarse a la nube negra, que en realidad era una especie de biblioteca que contiene toda la información del pasado, presente y futuro del universo. Wataru y Kyoko logran escapar pero el reportero le pierde la pista a Kyoko y a partir de ahora se dedicará a investigarla y a seguir sus pasos.