La hija de Numata, Yuki, se suicidó y su padre visita con frecuencia su tumba. Cuando el novio de ésta aparece para colocar flores en su tumba, Numata le culpa de la muerte de su hija, ya que la causa de su suicidio fue que Numata se oponía a que contrayeran matrimonio. En medio del calor de la discusión, Numata coloca en la tumba de su hija un espantapájaros de un campo cercano para que espante al novio y, al cabo de unos días, el espantapájaros va tomando el aspecto de la hija fallecida.

Este fenómeno lleva a que el resto de gente decida colocar espantapájaros en las tumbas de sus seres queridos y así el cementerio se llena de espantapájaros con el aspecto de personas fallecidas con un rostro inexpresivo.