Hiroshi acaba de mudarse a una casa que era sospechosamente barata. La casa de al lado solo tiene una ventana que está justo al frente de la de la habitación de Hiroshi y, según una vecina, la mujer que vive en esa casa casi nunca sale. Por la noche esa mujer llamará a Hiroshi desde su ventana y él descubrirá que tiene un aspecto siniestro. La mujer insistirá en encontrarse con Hiroshi y él dudará de si ha soñado lo ocurrido o sucedió en realidad.