Shirakawa acaba de mudarse junto a su hijo y en el parque de su nuevo barrio conoce a un grupo de madres que se dedican a cotillear mientras sus hijos juegan. En el parque hay dos estatuas de bronce, la del alcalde que mandó a construir el parque y la de su mujer, que tiene el aspecto de cuando era joven y guapa, muy diferente del aspecto que tiene ahora la mujer del anterior alcalde. El anterior alcalde desapareció hace tres años y los niños insisten que la estatua de su mujer puede hablar.

Las madres que se reunen en el parque son invitadas a una fiesta organizada por la mujer del anterior alcalde, donde presentará la nueva obra del escultor de las estatuas del parque, pero las únicas que han sido invitadas son este grupo de madres.