Mientras Anzai conducía a toda velocidad por una carretera de montaña mientras su novia Kana estaba montada en su coche, un puñado de sangre cubre el parabrisas y hace que el coche se estelle contra un árbol. Mientras caminan en busca de una casa se encuentran con un grupo de niños de aspecto siniestro que les atacan y les chupan la sangre. Al huir de los niños se encuentran con un pueblo abandonado y, siguiendo un rastro de sangre, llegan a la casa del único habitante que queda en el pueblo.

Este habitante invita a la pareja a cenar y pasar la noche y les cuenta una extraña historia sobre una amante que tuvo que se hacía cortes porque tenía la sensación de que su sangre quería escapar de su cuerpo. En una herida que tenía en el cuello empezaron a salirle unas especie de ramas y de ellas brotaban algo parecido a frutos rellenos con su sangre, acabando aquella mujer momificada cuando se quedó sin sangre cuando estas ramas y sus frutos crecieron demasiado.