Debido al trabajo de su padre, Ryusuke ha vuelto tras ocho años a su ciudad natal, la cual suele estar cubierta de niebla espesa. En esta ciudad son populares las prediciones callejeras, que consisten en esperar que aparezca alguien en un cruce y pedirle consejo sobre un tema, generalmente sobre cuestiones amorosas. Cuando era niño, justo antes de marcharse del pueblo, Ryusuke se encontró con una mujer que, usando el método de las prediciones callejeras, le pidió consejo sobre su situación, ya que había quedado embarazada de su amante, quien estaba casado y tenía un hijo, y no estaba segura si tener el bebé o abortar. Ryusuke le respondió que su amor nunca se haría realidad porque en ese momento estaba enfadado y aquella mujer se acabó suicidándo degollándose. Este recuerdo atormenta a Ryusuke y, justo cuando él regresó al pueblo, un hombre alto y guapo le ha estado diciendo a las jóvenes que le pedían una predición que su amor nunca se haría realidad y éstas terminaban por degollarse para suicidarse.

A algunas mujeres el hombre misterioso del cruce no se contenta con llevarlas al suicidio, sino que hacen que se comporten de forma extremadamente obsesiva mientras van cayendo en la locura. Ryusuke decide intentar atrapar al hombre misterioso empujado por su culpa y en su búsqueda se irá encontrando con fantasmas de las jóvenes que se suicidaron.