La madre de Reina y Mari está obsesionada profundamente con la limpieza, haciendo que sus hijas se duchen nada más llegar a casa y llegando a gritarle al fontanero por ensuciar el baño mientras desatascaba el lababo. A Reina la acosa un joven sucio y con un fuerte olor corporal y ella intenta despistarlo cada vez que vuelve a casa del instituto, pero a Mari le pareció que era buena idea llevarlo a casa para que sufiera la ira de su madre al verlo tan sucio y así ahuyentarlo, pero ahora él sabe donde vive Reina.

Las cañerías se han vuelto a atascar, haciendo que el agua pase por ellas lentamente, y la madre de Reina y Mari decide usar un remedio casero para desatascarlas que consiste en hacer pasar por las cañerías agua caliente. Esto provoca que se oigan gemidos que parecen humanos procedentes de las cañerías y éstas empiezan a despedir un fuerte hedor que recuerda al del acosador de Reina, pero puede que solo sea porque él olía a alcantarilla.