Nakayama va frecuentemente a casa de Ogawa a escuchar un disco de vinilo que la ha cautivado profundamente. Ogawa se niega a dejarle el disco o a permitirle grabar una copia, por tener la sensación de que eso le quitaría el encanto a esa música.Nakayama no puede buscar el disco en una tienda porque en su funda no hay nada escrito, ni nombre de la canción ni de la cantante. Nakayama decide robar el disco y Ogawa la persigue, lo que acaba con Nakayama golpeando a Ogawa con una piedra en la cabeza, matándola en el acto.

Nakayama esconde el cadáver con una manta y Ogawa empieza entonces a cantar la canción del disco, indicando que aún sigue viva. Ahora Nakayama emprende una búsqueda para hacerse con un tocadiscos, acabando en una tienda de vinilos. El vendedor afirma que el disco era suyo y acusa a Nakayama de habérselo robado, por lo que la persigue con tal de recuperarlo. Nakayama se esconde en un jazz café y pide que le pongan el disco en su tocadiscos. Un cliente reconoce el disco y le cuenta a Nakayama una tétrica historia sobre las circustancias de su grabación, acabando dicho cliente siguiendo a Nakayama con tal de hacerse con el disco.