Cuando Mitsuyo tenía 10 años, su madre y ella se fueron de casa porque su padre estaba extremadamente obsesionado con convertir su casa en un ryokan (hotel de estilo japonés). Empieza a cavar un agujero en una de las habitaciones porque en un sueño que tuvo un antepasado le dijo que, si cavaba ahí, manaría una fuente de arguas termales. Al final sí que manaron las aguas termales, pero el hecho que el ryokan fuese frecuentado por personas de aspecto siniestro hizo que Mitsuyo y su madre no se quedaran.

Cuando, 10 años después, Mitsuyo le cuenta esta historia a Fukushi, éste se interesa y visita el ryokan de su padre, negándose Mitsuyo a acompañarlo. Cuando llega a la pequeña ciudad donde estaba el ryokan y pregunta sobre él a un vecino, éste le dice que fue cerrado por el ayuntamiento por excavar una fuente de aguas termales sin permiso pero, cuando Fukushi encuentra el ryokan, el cual tiene escrito el nombre de “Baño del infierno”, estaba abierto, aunque, como le dijo el padre de Mitsuyo, abrían con discreción.