Fragmentos del mal es una antología de relatos de terror escritos y dibujados por Junji Ito. En la primera historia, “Futón”, un hombre se esconde debajo de su futón, aterrado de unas terribles visiones que solo él ve, mientras su novia tiene que cuidarlo. “Espectros de madera” nos cuenta la historia de una estudiante de arquitectura que sientre una atracción sexual por una casa construida a mediados del siglo XIX declarada bien cultural y que acaba convenciendo al dueño para que la deje vivir allí. “Tomio y el jersey rojo de cuello alto” nos muestra a un joven que tiene que sujetarse la cabeza contánstemente para no perderla, pues una bruja le hizo un corte en el cuello.

En “Una separación lenta” la protagonista descubre que la familia de su marido tiene por costumbre concentrarse en la imagen de sus familiares muertos en sus funerales para crear una imagen suya que se comporta como lo hacía la persona en vida. “Miss disección” es una historia sobre una mujer que está obsesionada por ser diseccionada por estudiantes de medicina y se hace pasar por un cadáver para lograrlo. “El ave negra” nos cuenta la historia de un escalador que sobrevivió un mes perdido con la pierna rota gracias a una extraña mujer que le daba carne masticada de boca en boca, como si fuera un ave que diera de comer a sus crías. “Magami Nanakuse” relata como una aspirante a novelista conoce a su autora favorita, cuyas obras giran en torno a vicios y manías, y acaba descubriendo el oscuro secreto del origen de la inspiración de sus novelas. Y “La mujer que susurra” va sobre una joven que tiene un grave problema de indecisión hasta para las taréas más básicas como qué comer, necesitando instrucciones constantes, y una mujer toma el trabajo de ser su cuidadora, haciéndolo excepcionalmente bien debido a sus precisas instrucciones y su paciencia, aunque cada vez la cuidadora se ve más demacrada.