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Kadode y Ouran son dos estudiantes en su último año de instituto. Su rutina consiste en ir al instituto, salir con su grupo de amigas y a pasarse la noche en vela jugando a un juego de disparos militar online. Todo esto sería muy normal si no fuera porque sobre la ciudad de Tokio donde viven flota una nave nodriza, pero los “invasores” que vienen desde la nave nodriza no pueden hacer nada contra las fuerzas de autodefensa y son exterminados con facilidad. Incluso uno de sus drones fue derribado a pedradas por un grupo de civiles, matando a sus tripulantes por el impacto.
La nave nodriza apareció hace tres años. El ejército estadounidense, con la colaboración de las fuerzas de autodefensa japonesa, le tiró una bomba atómica a la nave. La nave nodriza no fue derribada, pero muchas personas desaparecieron ese día, como el padre de Kadode, y ciertos barrios de Tokio quedaron deshabitados por el peligro de la radiación.
A pesar que gran parte de la ciudadanía está a favor de exterminar a los “invasores” y destruir la nave nodriza, habrá un grupo de gente que se manifestará en contra de ese genocidio y luchará por que se les reconozca a los “invasores” los mismos derechos fundamentales que a los humanos y se haga el intento de entablar comunicación con ellos. Por otra parte, la empresa tecnológica S.E.S ha ido recolectando las naves “invasoras” derribadas para investigar su tecnología y desarrollar nuevas armas anti-”invasores”, lo que ha convertido a Japón en una potencia armamentística y le ha llevado a reclamar a la nave nodriza como un recurso nacional, lo que genera tensiones con otros países.
Kadode y Ouran se topan con un “invasor” superviviente del derribo de una nave que estaba camuflado dentro del cuerpo de un humano. Entablan amistad con él y éste les muestra los artilugios creados por su civilización, que parecen sacados del maga Isobeyan, la versión de este mundo de Doraemon.
Esta historia nos mostrará lo terrible que puede ser un sentido de la justicia deformado, pudiendo hacer que los seres humanos que luchan persiguiendo una idea de justicia justifiquen cometer atrocidades en su nombre y no sientan el menor atisbo de culpabilidad.